Los lentes de contacto son
una increíble solución para corregir problemas refractivos, pues mejoran tu
visión sin limitar tu capacidad de movimiento.
Pero, cuidado, si no les das
un buen uso y no los limpias con esmero, pueden causar inflamaciones, infecciones e inclusive
ceguera. Veamos cómo prevenir estos problemas.
Conjuntivitis papilar gigante
Para comenzar, encontramos
la conjuntivitis papilar gigante, un síndrome inflamatorio no infeccioso de la
superficie ocular, que genera papilas (prominencias) en la conjuntiva tarsal
superior (membrana que tapiza el globo ocular), provoca secreción mucosa,
hiperemia (sangre en abundancia), visión borrosa, picor y lagrimeo.
Este síndrome ocurre en
algunas personas que usan lentes de contacto y parece ser una respuesta
alérgica o irritativa a los residuos que se acumulan en los lentes o a
preservantes como el timerosal, que se emplea en algunas soluciones de limpieza
para lentes de contacto.
Para calmar las molestias,
pueden ayudar los colirios antiinflamatorios. Pero el tratamiento más
aconsejado es, simplemente dejar de usar los lentes de contacto.
Claro, hay
pacientes que se niegan a hacerlo y prueban suerte con productos de limpieza
libres de timerosal, lo cual a veces les resulta. De cualquier forma, debes
saber que las papilas tardan meses en desaparecer y lo peor es que a veces
regresan.
Sequedad ocular
Otro problema es la sequedad
ocular, que se manifiesta con ardor, picazón o enrojecimiento en los ojos y
sensibilidad a la luz.
Es posible usar lentes de
contacto aunque uno tenga ojo seco, pero junto con un buen lubricante.
Y si la
persona con ojo seco trabaja en una oficina con aire acondicionado, tiene dos
opciones: o deja de usar sus lentes o tendrá que ponerse las lágrimas
artificiales con más frecuencia, cada dos horas quizá.
Queratitis por Acanthamoeba
La Acanthamoeba es una
bacteria que se transmite por el agua y se puede adherir al lente de contacto
cuando una persona nada en la piscina. Si la infección se diagnostica a tiempo,
se trata con antibióticos.
Pero si pasa el tiempo y no hay una mejora, puede
ser necesario un trasplante de córnea. Incluso podría provocar ceguera si el
microorganismo se arraiga profundamente y no es posible retirarlo.
Por eso es
importante usar los lentes en forma adecuada, no dormir con ellos y «limpiarlos
correctamente (tanto los lentes como sus estuches), con las soluciones
limpiadoras más apropiadas, indicadas por el médico. Por supuesto, lavarse las
manos antes de hacerlo, refiere un reconocido médico
Hipoxia ocular
Se presenta cuando la córnea
no recibe oxígeno. Algunas personas que usan lentes de contacto tienen este
problema y sus síntomas son irritación, sensación de sequedad y enrojecimiento
en los ojos. La clave en este tema es tratar de usar los lentes menos tiempo.
Cabe señalar que el material
de algunos lentes de contacto (hidrogel de silicona) ofrece un mayor aporte de
oxígeno al ojo: siete veces más que los lentes tradicionales.
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Cuidados:
- Lávate las manos con agua y jabón y sécalas antes de tocar los lentes de contacto.
- Quítate los lentes antes de ir a dormir, ducharte o nadar.
- Lava los lentes de contacto con las soluciones desinfectantes cada vez que te los quites.
- Tras cada uso, frota y lave el estuche de los lentes de contacto con solución, seca el estuche con un paño limpio y guárdalo boca abajo sin las tapas.
- No añadas solución fresca a la que ya está en uso.
- Cambia el estuche de los lentes de contacto al menos una vez cada tres meses, y lleva un par de anteojos de respaldo por si tienes que quitarte los lentes de contacto.